Guest User
April 5, 2024
Buscábamos un lugar tranquilo para desconectar de la rutina y encontramos esta posada con encanto. Desde el primer momento nos sentimos como en casa. La posada es una antigua casona de piedra, restaurada con mucho gusto y conservando su encanto original. Las habitaciones son acogedoras y confortables, decoradas con un estilo rústico y elegante. Lo mejor de la posada es sin duda la comida. Todos los platos están elaborados con productos frescos de temporada, muchos de ellos de la huerta propia. La cocina es tradicional, pero con un toque de modernidad. Destacamos la mermelada casera, ¡deliciosa! El trato del personal es inmejorable. Son amables, atentos y siempre dispuestos a ayudarte. Te hacen sentir como si fueras parte de la familia. La posada también cuenta con un jardín precioso, donde puedes relajarte leyendo un libro o disfrutando del sol. También hay una piscina, perfecta para refrescarse en los días calurosos. En definitiva, una experiencia inolvidable. ¡Volveremos seguro!
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