Gran Posada la Mesnada

Reservamos a través de Booking, cuando llegamos no había nadie, lástima que apareciera un señor que nos recibió tras orinar en uno de los árboles del jardin completamente abandonado y sucio, sólo registró a uno de los dos cobró en efectivo y no nos dió factura, pero lo peor estaba por venir. Una habitación sucia, húmeda, vieja e inhabitable. Nos fuimos por la tarde, siempre mejor perder el dinero que intentar dormir en la insalubridad. Tengo claro que no volveré a reservar a través de Booking. Hay sitios que deberían revisar si cumplen los requisitos para ser un alojamiento, éste es uno de ellos

Cutre a más no poder. 75€ por dormir en una habitación dantesca, fría,con telarañas, cucarachas, cables eléctricos pelados, colchones del siglo pasado, mesitas de noche de aglomerado, sin silla en la habitación con una tele de 24 pulgadas que no la toques porque se cae, sin calefacción, sólo un radiador de aire que no calienta nada. Se pasa mucho frio y así ..... todo

Es un entorno pintoresco, tanto por los jardines como por el edificio en el que se sitúa la gran posada. Puede que no ofrezca comodidades y el desayuno sea MUY POBRE, pero para nosotros, pernoctar en esta casa solariega de 1800, y poder disfrutar de sus jardines ha sido muy grato. Estupenda ubicación. Poco personal, pero dispuesto a solucionar inconvenientes.

Pintoresco, descuidado y lúgubre. Lástima, el entorno es precioso, pero las instalaciones son... PÉSIMAS y con aspecto sucio y muy descuidado. Los jardines son muy agradables, pero los "bungalows" o habitaciones son lúgubres, en nuestro caso pequeño y con olor a ceniza.

Nos alojamos allí en un viaje en bicicleta tras completar la Vía Verde del Eresma y, si bien, es un sitio con encanto al que se le podría sacar muchíiiiiiiiiisimo mas partido con una reforma, ahora mismo tiene una esencia especial y es un sitio con mucha personalidad, lejos de las moderneces que tanto están de moda hoy día. Lo importante: la habitación muy sencilla, sin lujos pero sin penas. El personal, muy amable y cercano y las zonas comunes, aunque con el pesar de los años, pero manteniendo la esencia de ser un lugar con empaque. Había leído muchísimos comentarios negativos sobre el desayuno, pero sabiendo que es un desayuno muy básico (compuesto de tostadas industriales con mantequilla y unas magdalenas con café o cola cao), pues me pareció suficiente, estando incluído en el precio de la estancia y siendo consciente del contexto en el que uno está: una posada rústica y no en un hotel de 5 estrellas. La zona de jardín y piscina tenían muy buena pinta, por lo que no descartaría volver en verano para poderlas disfrutar como se merece. La posada tiene garaje cerrado para los huéspedes y a nosotros nos dejaron guardar las bicicletas en un cobertizo. Recapitulando, no es un sitio para pasar una luna de miel ni a un un turista de negocios, pero para pasar unas noches tranquilos sabiendo dónde se va, no descarto repetir

Es un hostal cutre de una estrella a precio de hotel de tres estrellas. Te obligan a pagar en efectivo el precio marcado y no te dan factura porque dicen que sí no tendrían que cobrarte además el IVA aparte. Te cobran el desayuno pero sólo lo sirven de 9 a 10, cosa que no se avisa con antelación. Lo acepté porque no había otra cosa y necesitábamos un sitio dónde dormir esa noche. El propietario no es nada amable y no se entera de nada, tampoco habla idiomas, pero el trabajador que tiene contratado, que es quien hace todo, lo compensa con creces. Se nota que el edificio, que es antiguo, fue muy bonito en sus tiempos, pero la restauración ha sido insuficiente. Tiene cosas muy bonitas pero mal conservadas. Las fotos son muy bonitas pero al llegar la impresión es muy triste. Las habitaciones son grandes y están limpias, pero está todo muy viejo. No tienen aire acondicionado y en verano hace mucho calor. No sé si tendrán calefacción en invierno. Las colchas dan un poco de repelús y las toallas parece que se van a romper en cualquier momento de viejas. La ventana balcón de la habitación tiene una persiana antigua y vieja que no se puede subir porque no tiene cordón. Los suelos de la planta de las habitaciones parece que se van a romper en cualquier momento y vas a caer a la planta de abajo. Lugar para no volver.

Es entrar en otra época,donde las casas.. servían para vivir,y no para sufrir ( como la mayoría de pisos y hogares modernos) un lugar encantador y acogedor ,lleno de naturaleza y recuerdos imborrables, la habitación enorme ,cupimos bien los cinco, en una habitación cuádruple, la limpieza bien, los dueños amables y atentos 😊, un jardín grande con piscina donde todos disfrutamos, sin preocuparnos demasiado por los niños, ya q es un recinto seguro. Lo recomiendo sin duda.

No corresponde las fotos con la web,sitio sucio,enchufes rotos,sin puertas en armario,espejo roto en baño,sin tv,sin productos de aseo como geles,lamparas rotas,un desastre,la piscina sin tumbonas y todas las sollas rotas,para mi una pocilga.